Si os preguntamos qué tienen que ver dos dedos del pie separados, una hoja de Ginkgo Biloba y dolor similar a una descarga eléctrica, ¿en qué pensáis?

La respuesta puede ser un neuroma, una fibrosis perineural, es decir, alrededor del nervio, en la zona de los metatarsianos. Normalmente se denomina neuroma de Morton (en honor a su descubridor), pero este apellido lo pondremos solo cuando aparezca en el 3 espacio intermetatarsal, es decir, entre el tercer y cuarto dedo (dedo del centro y el siguiente, el pegado al pequeño).

Esta fibrosis produce dolor en la zona, que puede irradiarse hacia los dedos o el empeine. Este dolor aumenta, de manera habitual, cuando se emplea un calzado estrecho, con tacón o, en algunas ocasiones, incluso por la noche.

Esta patología aparece debido a una compresión del nervio, sobre la que puede influir la forma en la que se pisa, por lo que un estudio biomecánico o de la pisada puede llegar a darnos la causa de la aparición de esta lesión.

El diagnóstico se realiza mediante la exploración clínica del paciente y, de manera habitual, mediante ecografía. Cuando realizamos esta última podemos comprimir los metatarsianos para ver si el neuroma se desplaza. Si esto pasa, el neuroma tiene forma de hoja de Ginkgo Biloba

Como siempre decimos en consulta: ya sabemos que es, pero lo importante, ¿qué hacemos para que ceda el dolor?

  • Plantillas u ortesis plantar: en ocasiones podemos tratar mediante plantillas este tipo de patología, intentando que se descomprima el nervio, con lo que cederá la sintomatología.
  • Infiltraciones: tranquilos, que no duele. Mediante una infiltración (bajo anestesia local), podemos disminuir la inflamación de la zona y deshacer parte de la fibrosis, con lo que la sintomatología suele mejorar de manera muy rápida. Esta técnica la realizamos ecoguiada para asegurarnos de que el fármaco queda colocado en la zona que nos interesa.
  • Punción seca: aunque no se actúa directamente sobre el neuroma, al conseguir reducir el tono de ciertos músculos del propio pie, podemos disminuir la compresión que aparece y mejorar el cuadro clínico.
  • Cirugía: si no se soluciona el dolor con medidas conservadoras, puede ser necesario recurrir a este tipo de técnicas. Con la cirugía buscamos dos objetivos: liberar el nervio de los tejidos circundantes, con lo que liberamos atrapamientos o eliminar la propia fibrosis del nervio, con lo que atajamos el problema de raíz. Estas cirugías, según el caso, se pueden realizar por mínima incisión de manera ecoguiada o mediante cirugía abierta, esto dependerá del tipo de lesión.

En cualquier caso, como siempre, se recomienda acudir a un especialista en caso de presentar dolor o cualquiera de estas sensaciones, y al ser en el pie, ¿quién mejor que el podólogo?

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