Si has decidido a realizar el Camino de Santiago, desde nuestro punto de vista, has tomado una gran decisión. Durante unos días descubrirás parajes impresionantes de los que disfrutaras alejado de las preocupaciones del día a día. Merece la pena aprovechar bien cada paso de cada kilómetro que camines, disfrutar de la hospitalidad y la gastronomía. Sin embargo, un problema en el pie puede hacer que los kilómetros que quedan para llegar al destino y abrazar al apóstol se conviertan en poco menos que una tortura.

Todo empieza por elegir un calzado adecuado para esta actividad (vamos a explicar generalidades, si quieres saber detalles sobre lo que más te conviene no dudes en consultar con tu podólogo, te asesorará encantado). Lo más indicado es un calzado tipo trekking, con una suela gruesa y un dibujo marcado, para mejorar el agarre al terreno, algo especialmente útil en algunos tramos del Camino. También es recomendable una suela no muy flexible y con la puntera un poco levantada.

El material debe ser impermeable. Uno de los mejores es el Goretex(R), pero existen muchas opciones más económicas e igualmente válidas. Si dudas entre optar por una zapatilla o una bota, deberías saber que no hay una respuesta clara. La bota aporta más estabilidad al tobillo y, en caso de que hayas tenido esguinces, es la mejor elección. La zapatilla, por su parte, suele resultar más cómoda que la bota. Elijas la que elijas, asegúrate de que las llevas atadas correctamente. El sistema de cordones debe sujetar de forma adecuada el pie, con el fin de evitar el deslizamiento, que podría causar ampollas y otras molestias.

La elección de unos calcetines adecuados es muy importante, aunque no siempre se le presta la atención que se debe. Existen multitud de fibras técnicas entre las que elegir. Algunas proporcionan más calor, evacúan mejor el sudor o incluso refrescan el pie. Según la climatología prevista para esos días debemos elegir un tipo u otro de fibra para nuestro calcetín. Es recomendable uno de un cierto grosor que ayude a amortiguar un poco la pisada y evitar rozaduras.

Otro punto a tener en cuenta son las cremas y la hidratación del pie. Es recomendable empezar la etapa con el pie bien seco, con lo que os recomendamos que os duchéis al terminarla, no antes de hacerla. Después del lavado se puede aplicar una crema hidratante con un pequeño masaje que ayudará a descargar los músculos del pie e hidratar la piel.

Y en la mochila, ¿qué es bueno llevar? Material de primeros auxilios, por si os sale alguna ampolla o una pequeña rozadura pese a seguir los consejos. Os recomendamos que nunca falten apósitos, un pequeño bote de antiséptico (como la clorhexidina en espray) y alguna aguja hipodérmica estéril para poder drenar una ampolla en mitad de la etapa.

En caso de que normalmente tengáis problemas en los pies os recomendamos acudir al podólogo antes de comenzar para una puesta a punto.

Esperamos que disfrutéis mucho de estos días.

¡Buen Camino!

Esta web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies