En algunas carreras se puede ver a deportistas que no emplean las zapatillas a las que estamos acostumbrados. Algunos de ellos corren con una especie de sandalia, emplean unas zapatillas con un drop cercano a cero –la suela no tiene diferencia de grosor entre el talón y la zona de delante–. Este tipo de calzado se denomina minimalista. Se emplea con el fin de proteger al pie de las abrasiones y posibles heridas que en muchos casos llegaría a sufrir de ir descalzo completamente.

El minimalismo es una forma de carrera que busca reducir las lesiones y optimizar la carrera huyendo de artificios. Ya que se utilizan diseños que reducen o eliminan las modificaciones que se producen al llevar algún tipo de calzado. Esta vertiente se popularizo en 2009, cuando Christopher McDougallpublicóla obra Nacidos para correr, en la que cuenta la historia de una tribu de superatletas, que por necesidad o placer practicaban este deporte sin ningún tipo de calzado. 

El paso al minimalismo no puede darse de un día a otro. Es decir, no se puede comenzar con un calzado convencional y seguidamente empezar a correr descalzo o con drop cero, ya que aparecerán lesiones y dolor. La técnica de la carrera varía según el tipo de calzado que empleemos (convencional, minimalista o maximalista), por lo que requiere un periodo de adaptación y un entrenamiento acorde a estas modificaciones. Siempre guiado por un profesional con conocimiento sobre el tema.

Para mejorar la transición a la carrera minimalista, puedes ir realizando ejercicios para mejorar la musculatura del pie (el foot core), estirar la musculatura posterior de la pierna (gemelos, sóleo e isquiotibiales) y que consultes con un profesional para modificar tu técnica de carrera.

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