Aunque el refrán castellano dice que “hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo”, las temperaturas de estas últimas fechas son el preludio del verano. El cambio de estación conlleva muchos y pequeños cambios en nuestra vida diaria. La subida de las temperaturas no solo hace que cambiemos de ropa, sino también que modifiquemos nuestros hábitos de vida y los alimentarios.

Antes de analizar esta cuestión he de recomendar a todos los que, de repente, quieren eliminar ese exceso de grasa que se ha acumulado durante el invierno, que acudan a su nutricionista. Un profesional le ayudará a conseguir su objetivo con mayor garantía y eficacia.

Dicho esto, el incremento de temperatura, la prolongación de los días y el mayor incremento de tiempo libre hace que nuestro organismo precise de una mayor hidratación y de una alimentación más ligera pero igualmente nutritiva.  

La dieta mediterránea nos ofrece una pléyade de posibilidades que debemos aprovechar para poder combatir los rigores veraniegos y disfrutar de una alimentación sana y nutritiva. Las ensaladas son un plato que, por su riqueza nutritiva, gran variedad y facilidad de preparación, deben estar muy presentes en nuestros menús, bien como plato principal, como primero o acompañamiento. La pasta, legumbres y hortalizas nos ofrecen una gran variedad de combinaciones.  Un verano sin gazpacho o salmorejo parece imposible, pero las cremas y purés fríos son una alternativa muy recurrente y fácil para el verano. La sopa de melón, la vichyssiose, el gazpacho de remolacha son algunos ejemplos de recetas que platos muy saludables que previenen la hidratación y aportan a nuestro cuerpo una gran cantidad de minerales y vitaminas. Las frutas son unos alimentos que siempre deben estar presentes en nuestra alimentación, pero en verano se  convierten el alimentos muy refrescantes  y apetecibles. Se pueden tomar como batido, zumo, macedonia, así como en ensaladas.

Respecto a las proteínas, recomendamos alejarse de carnes rojas y de otros productos frecuentes en las cada vez más numerosas barbacoas celebradas en la época estival. El verano es una época muy favorable para  degustar determinadas especies de pescado azul como el bonito del norte, el atún o las anchoas. Estos pescados son sabrosos y muy saludables, convirtiéndose en una buena opción para nuestros platos, sobre todo si estamos cerca de la costa.

Por último, os recordamos que aumentar la hidratación de nuestro cuerpo es imprescindible en todo caso,  y que es recomendable reducir la ingesta de bebidas azucaradas y aumentar la de agua.

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